domingo, 25 de agosto de 2013

Zinka Milanov - Lebendige Vergangenheit [Flac]





Con motivo de "La Forza del Destino" encabezada por la Milanov y Di Stefano, recientemente publicada en el blog, me llegaron varias solicitudes para subir mas material de la soprano. Pensaba que había publicado antes algo de ella pero mi memoria es frágil y rápidamente me dí cuenta que la había omitido por completo en anteriores publicaciones. Un gran error que espero comenzar a enmendar. Para ello transcribiré la entrevista que dio la soprano, ya retirada, a Lanfranco Rasponi para su célebre libro "The Last Prima Donnas", el cual nunca recibió una traducción al español.


ZINKA MILANOV


"Cuando Zinka Milanov hizo su función de despedida en el Metropolitan Opera House el 13 de Abril de 1966, como Maddalena di Coigny en "Andrea Chénier", después de una carrera que se había expandido por casi cuarenta años, hubo una impresión definitiva entre la audiencia que una era se había cerrado para siempre. Aparte de haber tenido -y preservado- una de las voces mas hermosas del siglo, siempre había sido una diva de tomo y lomo en el sentido mas grandioso y anticuado de la palabra. Desde el primer momento en que caminaba sobre el escenario había una majestuosidad, una certeza absoluta, que la atención estaba sobre ella y solamente sobre ella. A pesar que rara vez profundizó en sus personajes (su personalidad era demasiado fuerte para adaptarse a la variedad de heroínas en su repertorio), dominaba los roles en todo momento por una suerte de majestad que muy pocos colegas poseían. Algunas personas criticaron su falta de compenetración , pero todos la respetaban, pues en su garganta había un sonido dorado que nadie mas había exhibido desde los tiempos de la Ponselle. Y ella tenía lo que Ponselle no: un agudo resplandeciente. En los primeros años tendía a las desafinaciones pero luego corrigió este defecto con trabajo incansable y disciplina. Si ninguna de sus caracterizaciones tenían real profundidad, el lustre de su instrumento era una compensación mas que amplia.

Cuando fui a hablar con ella en Abril de 1979 en su departamento en New York, me hizo un espacio entre dos clases, ya que está profundamente involucrada en esta nueva fase de actividad. La encontré algo mas grande de lo que la recordaba, pero para una mujer de setenta y tres años (había nacido en 1906) lucía estupenda. Su arrogancia innata es tan encantadora como siempre. No es una arrogancia que moleste, pues es totalmente espontánea; y si alguien tiene derecho a serlo, es ella, pues nunca hubo ni habrá nadie como ella. La conversación saltó de tema en tema, como una rana en un gran estanque, pues es profundamente curiosa e interesada en todo. Fueron tantas las preguntas que me hizo que a veces encontré difícil hacer las mías.

Milanov es una conocedora enciclopédica del arte del canto. Sus observaciones sobre cantantes del pasado y el presente fueron  brillantes y provocativas pero siempre estaban en lo cierto. Su fuerza y energía no le permiten desalentarse por el estado actual de los eventos musicales. Ella no dijo, como muchos de sus colegas, que todo ha terminado, sino en cambio, "Debemos empezar de nuevo en toda dirección, sin tiempo que perder".

La carrera de Milanov fue inusual: Si bien estuvo siempre activa, no alcanzó su mejor momento sino hasta la segunda mitad. Ella es ese fenómeno de cantante que mejora enormemente con el tiempo; estaba dotada con reservas que eran nada menos que prodigiosas.

Nacida en Zagreb, comenzó a estudiar tempranamente con la legendaria soprano wagneriana Milka Ternina, la primera "Tosca" en el Covent Garden y el Metropolitan. "Fue una maestra muy exigente -escalas, escalas, y mas escalas, hasta llorar. Pero mi instinto -incluso entonces cuando era tan ignorante de este arte- me dijo que estaba en lo correcto. Esto es lo que desarrolló mi voz y le dio elasticidad. No se me permitió acercarme a ninguna partitura hasta que respirar se volvió natural en mí. Esperó para concederme la señal de comenzar hasta que todo se volvió una parte de mi subconsciente. Nunca me alentó a especializarme en Wagner, pues pensaba que mi tono era muy aterciopelado y claro.

"Era tímida, reservada y difícil", continuó, "pero inteligente y siento que esos años fueron la mejor inversión que hice. Nuestra relación llegó a un final abrupto cuando un día se enfureció conmigo y me abofeteó. Eso no lo podía tolerar, incluso de la idolatrada Ternina, y me negué a volver. Realmente, comencé como mezzo, pero ella vio inmediatamente que me convertiría en soprano. De hecho, el do agudo surgió rápidamente. El registro grave tenía que desarrollarse mas, pero las notas del pasaje -Fa, Fa sostenido- con las que muchas cantantes tienen problemas, afortunadamente no representaron un problema para mi, pues estuvieron ahí desde siempre. También nací con un pianissimo en mi garganta.

"Hice mi debut como Leonora en "Il Trovatore" en 1927 en Zagreb y luego, por los siguientes años, dividí mi tiempo entre Zagreb y Liubiana, cantando todo en croata. Este periodo no fue particularmente gratificante pero me enseñó repertorio, que incluía alguna de las operas mas livianas de Wagner y Strauss. Mi primera oportunidad real llegó cuando me llamaron a Dresden para aparecer en "Aida" con Tino Pattiera, un célebre tenor de esos años. Esto me llevó a una aparición en Praga, donde querían contratarme casi exclusivamente para partes wagnerianas. Bjodar Kunc, mi hermano y consejero, y un buen músico, me detuvo de aceptar la oferta, diciendo que mi voz era muy italiana en sonido y emisión.

"Entonces me llamaron a Viena para sustituir a una soprano indispuesta en "Aida" y mi "esperanza en el futuro" era que Bruno Walter estaba en el podio. Le agradé y eso fue un tremendo impulso. Era muy difícil en ese momento hacerse un  nombre pues habían entonces muchas sopranos spintos y dramaticas en los lugares claves. Fue Walter, un hombre amable y considerado, quien me recomendó con Toscanini para el Requiem de Verdi en Salzburgo en 1936, pues sabía que Toscanini buscaba una soprano solista con mi tipo de voz. El arregló una audición para mí y para mi suerte "El Rey" me aceptó inmediatamente después de haber entonado el "Libera me".

"Para esa época siempre canté bajo el nombre de Zinka Kunc, mi nombre real, y eminentemente satisfactorio hasta donde sé. En Zagreb y Liubiana cantaba, entre otros roles, Sieglinde, Elsa, Marguerite en "Fausto", Leonora en "Fidelio", Tosca, Manon Lescaut, Minnie en "La Fanciulla del West" y Turandot, todos en croata. Este mismo idioma fue el que usé cuando canté en Praga, mientras todos los otros cantaron en checo; pero cuando aparecí en la Opera Nacional Alemana en la capital checa, fui obligada a usar el alemán. Era todo muy enervante! Luego tuve que reaprender todos mis roles en italiano, una verdadera maratón.

"Obviamente, en nuestras vidas, las cosas están predestinadas. Cuando escuché que en Zagreb planeaban una producción de "La Forza del Destino", simplemente no podía entender por qué no me habían pedido ser Leonora. De las sopranos en la compañía, yo era  por lejos, en mi opinión, la mas calificada. Así que fui a protestar donde el director del teatro y me dijo groseramente que si no estaba contenta, él podía depender de mis servicios. Y renuncié, así de simple.

"Resultó ser la mejor cosa que pude haber hecho, pues con la guerra a punto de estallar, no habría podido dejar Yugoslavia. Mientras tanto en Viena había tenido un gran éxito como "Tosca", pero ninguna oferta llegó para hacerme parte de la compañía. Mientras tanto Edward Johnson, el maestro Artur Bodanzky y Edward Ziegler vinieron a Praga para hacer audiciones, las que me perdí pues estaba cantando en Bratislava. Cuando regresé, estaban ya por irse, pero se me sugirió hacer una audición especial inmediata para ellos. Había cantado la noche anterior pero dije qué demonios y la escena del Nilo los impresionó lo suficiente, así que me dieron un contrato.

Fue con Leonora en "Il Trovatore", el rol de su debut en Zagreb, que Milanov se presentó por primera vez a la audiencia del Metropolitan, el 17 de diciembre de 1937. Esta vez cantó en italiano y bajo el nuevo nombre de Milanov, pues Johnson pesaba que Kunc no era lo suficientemente glamoroso. Con el retiro sorpresivo de la Ponselle ese año y  la estrella de Rethberg declinando (por problemas emocionales), se necesitaba con urgencia una soprano dramática. Al principio las criticas no fueron entusiastas, haciendo notar sus problemas de afinación y su falta de sofisticación como actriz, pero todos reconocieron el potencial de su magnífica voz. La soprano fue al Colón de Buenos Aires, el Municipal de Rio de Janeiro y al Bellas Artes de México y su reputación comenzó a crecer. Toscanini la empleó en varias ocasiones y sus apariciones con él en el Requiem de Verdi, la Missa Solemnis de Beethoven y la famosa transmisión del último acto de "Rigoletto" le dieron un prestigio extra. La manera en la que sostenía el Si bemol en el "Libera me" de Verdi -con una pureza de emisión que hacía recordar a la joven Rethberg- hizo mas que cualquier aria operatica para su reputación en los Estados Unidos.

Su repertorio en el Metropolitan era principalmente verdiano, pero también se le asignó Donna Anna, Tosca, Santuzza, Maddalena en Chenier, La Gioconda (en la que sobresalía), y Norma (en donde nunca sobresalió). Parece increíble que en todos sus años en la sala de la calle 39 (26 en total, con un total de 421 funciones, incluyendo 123 en tour) Milanov cantó solamente un total de 13 roles -ocho por primera vez durante la administración Johnson, y sumando cinco durante la era Bing-. La ópera que mas cantó fue "Aida", con un total de 78 funciones y la que menos cantó fue "Ernani", con un total de 8. Uno se pregunta por qué no pidió mas roles. Ella argumenta que no quería presionar y pedir mayor diversificación, pero dado su temperamento y fuerza de voluntad, eso parece improbable. (En sus 19 años en el Metropolitan, Ponselle cantó 22 operas diferentes, y Rethberg en sus dos décadas en el teatro cantó 30. Incluso Leontyne Price, quién ha cantado bastante poco ahí desde su debut en 1961, prefiriendo las remuneraciones mas altas que recibe por conciertos, ha aparecido en 16 roles protagonistas.)

"La razón por la que dejé el Metropolitan en 1947", explica Milanov, "no solamente fue por mi matrimonio con el General Lubomir Ilic (el embajador de "Tito" en varios países, incluyendo Noruega, Dinamarca, México y Suiza), sino también porque Edward Johnson y yo simplemente no nos llevabamos. Cuando recién comencé se me pagaban 125 dolares por semana y diez años después recibía 300, lo que era totalmente ridiculo. Lo consideraba insultante, pero siempre que hablaba con él sobre esta situación insostenible, el sonreía -era muy bueno en eso- y repetía que no podía pagarme mas. Asi que empaqué y me devolví a Europa, haciendo mi debut en La Scala en 1950 en "Tosca". Luego, cuando en ese año Rudolf Bing se hizo cargo, arregló unas funciones de "Un Ballo in Maschera" en Hartford, pues nunca me había oído y quería hacerlo en un teatro. Y entonces regresé... con un big bang."

No hay duda que cuando regresó al Metropolitan era una artista infinitamente mejor y una cantante mucho mas precisa, y así la leyenda Milanov comenzó en esta época. Si bien no se convirtió en una artista internacional y se quedó mayormente en los Estados Unidos, apareciendo con varias compañías pero sin añadir nuevos roles a su repertorio.

"Pienso que duré todo lo que duré- y de hecho podría haber continuado pues aún estaba en excelente estado- porque solamente canté lo que era apropiado para mí y limité mi numero de funciones. Nunca me permití firmar demasiados contratos y sobrecargarme de trabajo. Nunca habría cantado Fanciulla o Turandot, después de mis primeros años en los teatros pequeños. El tamaño de la sala es muy importante y, desafortunadamente, hoy día son todas grandes. Puedes cantar Turandot en una sala pequeña; debes gritarla en una sala grande. Estoy feliz en muchos sentidos de haber cerrado mi carrera en el antiguo Metropolitan -fue el último año de su existencia- y no haber tenido que readaptarme a la sala nueva. La nueva no tiene la calidez o la distinción de la antigua. Mi mejor canto llego después de mi cumpleaños numero cuarenta, pero esta es la manera en que debería ser. Hoy es al revés. La mayoría de los cantantes comienza a tener problemas a los 35 porque su base no es la correcta. Mientras la juventud aun florece en las cuerdas vocales, el sol brilla. Luego los problemas comienzan a acumularse muy rápido. Mira a tu alrededor, por favor, y verás que es un desastre. Algunas voces nacen con un vibrato; otras lo desarrollan por cantar mal. El "wobble" - tan común hoy- se produce por forzar, esto quiere decir que las cuerdas vocales esta irritadas; para hacerlo mas explicito, están inflamadas. El vibrato, que de hecho es una fluctuación de la afinación, es inevitable cuando el registro grave está mal colocado. Cada aria y dueto debe ser preparado con cálculo extremo -cuando entregarse y cuando contenerse y alivianar la frase.

"Mezzi voci y pianos son esenciales. Como esperas llegar al final de un aria de Verdi sin emplearlos? Si  no lo haces te encontraras absolutamente agotado. Si has desarrollado los piano -uno debe encontrarlos; existen, créeme, en todas las voces- entonces debes aprender a defenderte con ellos, pasaje por pasaje, donde de acuerdo a la partitura debería ser forte. Notaras que cuando un cantante no puede sostener un piano, es porque el registro agudo esta básicamente derrumbándose. Es la indefectible señal de alarma. Los piano, en Verdi, están por todos lados: en el agudo, en el centro y en las regiones graves. Le prohíbo a mis alumnos acercarse a Verdi sin antes haber dominado esta exigencia absoluta. Si la voz no es lo suficientemente grande para el concertato final del segundo acto de "Aida" y debes forzarla, como puedes cantar bien, unos minutos después, las frases etéreas del dúo de amor en el tercero? Por eso es que Caballé, a quien admiro tanto en Donizetti -ella realmente tiene un piano- no debería cantar "Aida".

"El color del sonido es lo que me definía y es con lo que imbuí vida en mis heroínas. Está muy bien si actúas, pero no reemplaza el lugar de la voz. Cuando dicen "una gran actriz", cuidado. Usualmente significa que no hay mucha voz ahí. Por supuesto muchos instrumentos son manufacturados; pero el mío no -estaba todo ahí desde el principio. Solo necesitaba fortificarse y disciplinarse. Hoy en día la confusión es totalmente desconcertante, pues hay tantos cantantes que cambian, como en un ferry, entre roles de soprano y mezzo. Simplemente parecen no saber lo que realmente son. Si tienen un agudo limitado, se inclinan a cantar roles de mezzo; y si las mezzos tienen agudo, toman roles de soprano. Pero una mezzo con un agudo brillante es una cosa, y sostener durante toda la opera la tesitura de soprano, es otra. La mayoría de las líricas de hoy cantan partes de dramática y bien no puedes oírlas, o bien gritan. Un perro es un perro y sigue siendo un perro aunque deseara ser un gato. Las leyes de la naturaleza no pueden alterarse. Eres lo que eres.

"Pero debemos terminar pronto -otro estudiante está a punto de llegar. Admito que odié retirarme -A Mr. Bing le hubiese gustado que lo hiciera antes, para hacerle sitio a otras- pues el teatro era mi vida y continúa siéndolo, en una escala diferente, a través de mis alumnos  y los cantantes ya profesionales que vienen a mí cuando están en problemas. Te sorprendería saber cuántos son, y no es de extrañarse con las agendas que tratan de llevar y todos los compromisos erróneos que aceptan. Doy clases aquí, en mi villa en Abbazia y en Belgrado, dependiendo de dónde esté. Fatigoso, si; gratificante, no. Entonces por qué lo hago? Porque la esperanza de que algo de mi conocimiento pueda sobrevivir es mas fuerte que yo."




                                                                             Lanfranco Rasponi, 1979


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Esta es una compilación tomada de diferentes etapas de la carrera de la soprano y a lo largo de ella se puede apreciar el hermoso color vocal, el legato que tanta fama le diera como también su facilidad inaudita para matizar. Así mismo se pueden oír la afinación defectuosa de sus primeros años (tendía a quedar alta, quizás fruto de la presión excesiva de la columna de aire), como también su evolución a la década del 50 donde se la puede apreciar en toda su gloria y manejo absoluto del instrumento.

La Milanov no solamente fue la última gran estrella del "Old Met" (su función de despedida fue la última que se diera en el antiguo teatro de la calle broadway), sino que también su fama se extendió a diferentes medios gracias a su temperamento legendario que la enfrentó con colegas de diferente estatura artística (Callas y Tebaldi incluidas) y que hiciera correr ríos de tinta. Se puede decir que sus decenas de anécdotas se encuentran entre las mas graciosas, insidiosas y hasta malvadas de todas las prima donnas de la época.

Tracklist:

1. Norma: Casta Diva
   RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
   16/04/1945

2. Norma: Mira, o Norma (with Margaret Harshaw)
   RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
   16/04/1945

3. Il Trovatore: Tacea la notte placida (with Margaret Roggero)
   RCA Victor Symphony Orchestra, Renato Cellini
   02/1952

4. Il Trovatore: D'amor sull' ali rosee
   RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
   14/02/1946

5. Il Trovatore: Miserere (with Jan Peerce)
   RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
   16/04/1945

6. La Forza del Destino: Son giunta!... Madre, pietosa vergine
   RCA Victor Symphony Orchestra, Renato Cellini
   05/1945

7. Il Trovatore: La Vergine degli angeli
   RCA Victor Symphony Orchestra, Renato Cellini
   05/1953

8. La forza del Destino: Pace, pace, mio Dio!
   RCA Victor Symphony Orchestra, Renato Cellini
   05/1953

9. Aida: Ritorna vincitor!
   RCA Victor Symphony Orchestra, Renato Cellini
   05/1953

10. Aida: Qui Radames verrà... O patria mia
    RCA Victor Symphony Orchestra, Renato Cellini
    05/1953

11. La Gioconda: Suicidio!
    RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
    14/02/1946

12. Cavalleria Rusticana: Voi lo sapete, o Mamma
    RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
    17/05/1945

13. La forza del Destino: Pace, pace, mio Dio!
    RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
    17/05/1945

14. Aida: Ritorna vincitor!
    RCA Victor Symphony Orchestra, Frieder Weissmann
    14/02/1946


Preiser Records
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6 comentarios:

  1. exelente,gracias a ti se ahora mucho mas de las legendarias divas. el disco es una verdadera joya.nuevamente tienes mi agradecimiento.

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  2. Mil gracias por esta belleza de disco, por favor que siga esta maravillosa "fiebre Milanoviana".
    Tambien te agradeceria mucho si alguna vez puedes poner algun material de Leonard Warren y Jan Peerce. Un gran abrazo desde Uruguay.

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  3. Preciosa tu introducción, como siempre, y muy ilustradora. Gracias!

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  4. Muchísimas gracias! Fantástico artículo y fantástico aporte musical. Nunca hay suficiente para celebrar a una de las grandes voces más injustamente olvidadas de su generación. Gracias de nuevo!

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  5. Estupendo artículo. Muchas gracias por el disco, aunque parezca inconcebible, nunca he escuchado a Zinka Milanov y eso que ella representa un recuerdo de un momento muy feliz de mi pasado. Creo que estoy lista para derramar algunas lágrimas.

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  6. Muchas gracias a todos por su comentarios. Y que conste que la Milanov no está olvidada, sus anécdotas, que van desde fotografiarse pisoteando una foto de la Callas hasta decirle a Pavarotti y Sutherland, en sus caras, que "Il Trovatore" no es para pajaritos, la mantienen aun viva en la memoria de los operaticos.

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