El norteamericano Rockwell Blake fue uno de los grandes aportes a la "Rossini Renaissance" desde la década de los 80's. Primer ganador del Richard Tucker Award, la carrera de Blake sólo tomó alas fuera de su país, especialmente en el Rossini Opera Festival de Pésaro en donde fue un invitado habitual durante muchos años.
Tuvo la mala suerte de aparecer en una época en que la carrera de Francisco Araiza ya estaba en pleno desarrollo, se trataba de dos técnicas y musicalidades distintas algo que en la época no se comprendió del todo. Así las cosas, Blake debutó en el Metropolitan primero como Don Ottavio en unas presentaciones en gira por el medioeste, sólo pudo pararse en el escenario de New York en junio de 1981 como Lindoro en "L'italiana in Algeri" en donde los máximos elogios se los llevo Marilyn Horne. Se convirtió luego en el Almaviva habitual para una larga serie de presentaciones de "Il Barbiere di Siviglia" entre 1982-83. Las criticas, si bien remarcaban la presencia escénica y la flexibilidad de la voz, nunca se convencieron del todo de las reales posibilidades de su instrumento.
En 1983 se produjo su debut europeo en el festival de Aix-en-Provence con "Mitridate, Re di Ponto", el mismo año debuta en el Rossini Opera Festival de Pesaro como Osiride en "Mose in Egitto". Volvería al festival constantemente hasta 1996, se despidió del mismo en 2001 en una producción de "Le nozze di Teti e di Peleo". Sus actuaciones se contaron siempre como motivo de interés y éxito de publico y critica.
Como broche de oro a su brillante carrera, en 1992 se produjo su debut en La Scala de Milán como Giacomo V en "La Donna del Lago" en la producción de Werner Herzog que marcaba no sólo el bicentenario del compositor sino también ponía fin a 150 años de ausencia de la ópera en el teatro milanés.
La voz de Blake nunca tuvo el color clasicamente bello que la mayoría del público aprecia, sin embargo era muy extensa en registro y perfectamente colocada en la máscara, gracias a eso la voz "corría" con facilidad por encima de la orquesta hasta la audiencia. El manejo técnico era perfecto y gracias a eso su canto ofrecía toda la paleta de recursos esperada en un cantante belcantista; Fiato inmenso, agudos y sobreagudos a destajo, saltos de octava (tan temidos por los tenores), agilidad proverbial, trinos, messa di voce, etc. Todo esto alineado bajo una musicalidad especialista en el estilo, por lo mismo la fantasía e imaginación en la graduación de estos elementos no tenía (ni ha tenido) competidor alguno.
Este recital fue grabado en 1989 y muestra al tenor en su mejor momento vocal, opacado, sin embargo, por una acústica seca y una disposición de los micrófonos que siempre fue motivo de conflictos en las contadas grabaciones del tenor.
La selección de arias se orienta principalmente al repertorio de contraltino, del que Blake fue maestro absoluto. Los momentos mas espectaculares se pueden oír en las arias de "Zelmira", "Semiramide" y "Otello", caballos de batalla del tenor norteamericano. La dirección de Valdés varía entre la rutina y lo aburrido.
Rockwell Blake
The Ambrosian Choir
London Symphony Orchestra
Maximiano Valdes (Conductor)
Arabesque Recordings
Flac | Cover + Scans
Que maravilla!!!!!
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