La Suliotis (o Souliotis) irrumpió en la escena italiana con mucho ruido desde su debut en el San Carlo de Nápoles como Santuzza (Con tan sólo 20 años de edad) a fines de 1964. Al año siguiente apareció en Chicago como Elena en "Mefistofele" y el mismo año firmó contrato con DECCA. En octubre de 1965 grabaría "Nabucco" al lado de Tito Gobbi.
Volvió a Italia en enero de 1966 como Amelia en "Un Ballo in Maschera" en Florencia, apareció luego en el San Carlo de Nápoles como Leonora en "La Forza del Destino". Apareció el mismo año en el Maggio Musicale en Florencia como "Luisa Miller". En Junio de 1966 debutó en Buenos Aires como "La Gioconda" nuevamente con gran éxito. Se presentó en México en medio de una gira de la compañía de la Opera de Chicago como Donna Elvira en "Don Giovanni" y Aida.
Debutó en La Scala el mismo año en la apertura de temporada 1966-67 como Abigaille en "Nabucco" en una serie de funciones que parecieron confirmar su fama de fenómeno vocal.
En Septiembre de 1967 cantó su primera "Norma" en la Ciudad de Mexico, retomó el rol en Noviembre en el "Carnegie Hall" con varios fallos vocales que parecieron ser los primeros síntomas de desgaste. En diciembre lo intentó nuevamente, esta vez en Florencia, con los mismas insuficiencias, debiendo cancelar 2 de las 4 funciones.
Volvió a La Scala en Febrero de 1968 como "Loreley" con muy buena acogida de publico y critica. En Marzo del mismo año se presento como "Anna Bolena" en Nápoles, con buen resultado.
A partir de su debut en Inglaterra en noviembre de 1968 como "Abigaille" en Nabucco, comenzó a notarse un sostenido desgaste del instrumento de la cantante. En su debut en Dallas como "Anna Bolena" se hicieron notar su falta de verdadero entrenamiento belcantista, sus fallos musicales en la coloratura y su superficialidad interpretativa.
En siguienes apariciones como Aida en Lisboa, Lady Macbeth en Londres, La Gioconda en Rio de Janeiro, Nabucco en Filadelfia y nuevamente "La Gioconda" en el Drury Lane de Londres, todas en 1969, la critica coincidió en el quiebre de los registros en el instrumento de la cantante. Si bien la Suliotis aprovechó esto con efectismo en roles como Gioconda o Lady Macbeth, con el paso de los años era evidente que la cantante se acercaba a su ocaso.
En marzo de 1970 apareció como Lady Macbeth en Génova, saludada con una pifiadera luego de su aria incial, la cantante se retiró al camarin, si bien regreso al escenario tras largos minutos de espera, las criticas confirmaron la ruina del organo vocal.
En junio de 1970 volvió al Colon de Buenos Aires como "Anna Bolena" con buena acogida de publico, algo parecido ocurrió en noviembre del mismo año en Roma con su ya conocido retrato de Abigaille. En enero de 1971 apareció como Santuzza en "Cavalleria Rusticana" con buen resultado. Sin emabrgo una serie de Manon Lescaut y Tosca en el San Carlo de Napoles parecieron cerrar su carrera italiana, debido principalmente al casi inexistente registro agudo.
1973 pasó sin pena ni gloria y al año siguiente apareció en una serie de desastrozas Abigaille, Minnie en "La Fanciulla del West", "Manon Lescaut" y "Lady Macbeth" con un registro agudo foco de pifiaderas y criticas y que marcaron el retiro de la artista. Tenía tan solo 31 años de edad.
Continuó haciendo apariciones esporádicas en roles de carácter y en registro de mezzosoprano durante la década del 70, hasta una última aparición discográfica en 1991 como La Zia Principessa en "Suor Angelica".
La voz de la Suliotis en sus mejores años (1964-1967) sobresalía por su personal timbre y por el desparpajo con el que se lanzaba al agudo y la cualidad casi baritonal con la que emitía el registro grave, el pasaje al mismo se situaba muy alto en el pentagrama para fines efectistas. El centro de la voz era bello y terso cuando no se encontraba afectado por algún cambio repentino de registro. Manejaba el legato de manera rudimentaria, nunca tuvo un verdadero trino y los momentos adornados con coloratura surgían difusos y no del todo resueltos. A esto había que sumarle una personalidad extrovertida (Según dicen era muy amiga de las fiestas, la noche y el cigarro) y gran magnetismo escénico, al menos en los años en que la voz le respondía y la confianza no estaba afectada. Sin embargo muchos críticos resaltaban la superficialidad interpretativa con la que afrontaba roles como Norma, Abigaille o Lady Macbeth.
Al momento de su irrupción, la comparación con Callas fue instantánea, esta presión alimentada por el jugoso contrato discográfico con la DECCA, apariciones en televisión y ofrecimientos de todos los teatros del mundo terminaron siendo el caldo de cultivo ideal para el desgaste rapidísimo de una voz que en su materia prima era excepcional en todo sentido pero sostenida con una técnica insuficiente y una musicalidad básica.
Esta grabación de Norma, abreviada y "apurada" para hacerla caber en 2 LP, se grabó a mediados de 1967 , a pesar de las malas criticas que recibiera la Suliotis en todos sus intentos por convertirse en la sacerdotisa druida. El resultado de todas maneras es digno de tener en cuenta, tanto por ella que realiza una convincente interpretación (con convenientes descansos entre sesiones para evitar fallos vocales) como por la estupenda
Adalgisa de Fiorenza Cossotto. Los hombres de la grabación se pasean entre la decadencia mas absoluta de Mario del Monaco (mas gritón que de costumbre) y el desgastado vibrato de Carlo Cava.
La grabación se realizó en la Academia de Santa Cecilia en Roma, entre el 21 de agosto y 3 de septiembre de 1967.
Elena Suliotis (Norma)
Mario del Monaco (Pollione)
Fiorenza Cossotto (Adalgisa)
Carlo Cava (Oroveso)
Giuliana Tavolaccini (Clotilde)
Athos Cesarini (Flavio)
Orchestra e Coro dell'Accademia di Santa Cecilia
Silvio Varviso (Conductor)
Decca
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